Acabo de pasar una gloriosa mañana en soledad en mi parque favorito, jugando a los espirales y solo mirando las hojitas moverse.
Evité entrar en mi costumbre usual de sacar mi libreta para escribir, solo miré las
hojitas y me puse al sol (al que normalmente le huyo).
Ahora te escribo desde un café al que nunca había ido.
Después de aquí voy computadora en mano a un bosque a
seguir trabajando.
Anoche me acosté en crisis, de esas crisis que te dan cuando tienes todo lo que una vez soñaste y no es exactamente como lo soñaste.
En parte entré en
esa crisis por situaciones de la vida real, y en parte porque la protagonista del libro que estaba leyendo entró en el mismo pánico que yo estaba sintiendo al tener todo lo que un día quisimos, y nos paralizamos, ella en su camino al altar, yo al acostarme a dormir anoche.
Que mucho melodrama en tan cortas líneas, lo sé, pero la vida
misma es así, y nuestras emociones son lo que le dan sazón a nuestros días (aunque ese sazón a veces no sea el que deseamos).
Le di pausa al libro y me acosté a dormir, y me levanté todavía dándole vueltas a ese pensamiento del compromiso para toda la vida con algo que dije que quería para toda la vida (sin saber
qué va a traer cada día de toda mi vida).
Me aseguré de cambiar mi rutina lo más posible hoy, por eso de demostrarme (a mí misma y a ese miedo subconsciente) que es posible tener días emocionantes y variados, aún cuando tenemos compromisos para toda la vida.
¿Sabes por qué?
No se me ocurría una respuesta al despertar esta mañana, pero me llegó mientras miraba las hojitas desde mi espiral, porque esa pausa para contemplar es una manera de conectar con esa parte más sabia de
nosotr@s.
Porque la realidad es que nunca hacemos lo mismo, ningún día es igual al otro, siempre hay pequeños cambios que podemos hacer, y que pueden marcar una gran diferencia en ese día.
Siempre hay pequeñas acciones que podemos tomar para vivir cada día con asombro.
Y lo más importante, y lo que marcó el cambio verdadero en cómo me sentía, fue entender que aun cuando uno está comprometido con algo para toda la vida, el principio puede continuar, y cambiar de forma mil veces.
De esto te cuento más en la pausa activa, para que lo apliques con un ejercicio sencillo.
Pausa educativa
Si quieres saber cómo la hipnoterapia te puede ayudar con el “overthinking”, te recomiendo esta entrada del blog.
Pausa de hipnosis
Esta mañana utilice la grabación “Reacciona con calma” para ayudarme a calmar la mente que no paraba, y tener mejores interacciones en familia. Está disponible con la Membresía de Pausa App, tu espacio de paz diaria.
Pausa activa
Hace unos días en una charla dije:
“Este proyecto empezó hace 5 años, ha cambiado muchísimo, pero la
visión sigue siendo la misma, ser fiel a esa visión y esos valores es lo que me ha ayudado a ser consistente en momentos de duda, aún con los giros que ha tenido el negocio.”
Me pareció un poco gracioso recordar eso mientras miraba hojitas en el espiral, porque no me lo había aplicado a todas las áreas de mi vida. Así somos,
infinitamente sabi@s, y a la vez olvidadizos de esa sabiduría que llevamos dentro. Jeje
Con simplemente salirme de la cama hoy y darle un pequeño giro a cada tarea del día me permití salirme de la monotonía que contradice mis valores, y que me tenía inquieta anoche.
Ahora a aplicar.
Busca un papel y divídelo en tres partes iguales.
En un lado, escribe como título un área de tu vida en la que te sientas particularmente a gusto.
Puede ser algo de tu físico, tu movilidad, tu capacidad de peinarte bonito, cocinar rico, ser buen@ en tu trabajo, tener buenas relaciones, saber coser, etc, cualquier cosa en la que te vaya super bien. (By the way, tu
subconsciente no juzga ni da calificaciones de más importante o menos importante, por eso los ejemplos tan variados).
Debajo de ese título, escribe qué haces a diario para que se te dé bien, qué cualidades tienes, qué hábitos tienes para que esa área esté tan bien como está.
Al terminar tu lista, levántate y haz una mini celebración. Tú escoges cómo celebras, yo tengo un mini baile de hombritos y cabeza con manitas aplaudiendo. (Si me conoces en persona, debes haberlo visto mil veces jeje)
Con
ese ánimo, escribe en el otro lado el título del área de tu vida que deseas mejorar.
Debajo del título, contesta: ¿por qué? (¿Por qué quieres mejorar esa área? ¿Para qué? ¿Qué más puede mejorar en tu vida si mejoras esa área?)
Muy bien. Ahora mira las acciones que habías anotado en el área de tu vida en la que sí te va bien, y toma ideas de cómo puedes aplicar eso en lo que ya eres buen@ para conseguir eso que escribiste al contestar por qué quieres mejorar esa área de tu vida, y escríbelas en el espacio del centro.
No tiene que ser corto ni largo, solo una acción es suficiente.
Quizás eres buena cocinando, y el área que quieres mejorar es el manejo de dinero, para poder invertir en un viaje o una segunda propiedad. Quizás puedes aplicar el seguir las recetas con precisión para tener buenos resultados en la cocina, y
comienzas a aplicar esa precisión, esa capacidad de medir (ya sea intuitivamente o con recetas), a tu manejo de dinero en adelante.
Todas las destrezas que necesitamos para mejorar en una área, ya las hemos desarrollado en otra área, me pasa una y otra vez en sesiones individuales. A veces no vemos eso en lo que ya somos buenos, nos
fijamos más en lo que pensamos que nos falta.
Mi lista quedó algo así:
En lo que soy
buena: encontrar belleza y asombro en cualquier esquina.
Área a mejorar: pánico ante la percepción de monotonía.
Acción a aplicar: encontrar belleza y asombro haciendo pequeños cambios a lo que percibo como monótono en mis rutinas.
¡Me cuentas cómo te va con el ejercicio!
Pausa para conectar
Se avecinan muchos cambios, incluyendo cambios en las plataformas que uso para conectar contigo en nuestra pausa semanal, y en el portal de pausa app.
Estoy super emocionada, pues con esos cambios vamos a lograr que tomar pausas para tu paz diaria sea más fácil y
efectivo que nunca.
Pendiente a tu inbox, que te estaré enviando todos los detalles para que sigamos conectad@s.