Solemos pensar que las versiones de nosotros mismos que dejamos atrás son menos sabias que la que conseguimos gracias a ellas, pero he comprobado una y otra vez que eso es relativo.
Tu vida no es mejor ni peor de
lo que era, ni mejor ni peor de lo que será.
Simplemente es diferente a lo que era y a lo que será.
Entender esto te regala más paz de la que pensarías.
Pasé unos días de inspiración baja para escribir, algo raro en mí, pues es lo que normalmente deseo hacer 24/7.
Decidí regresar a la parte de mí que escribía y publicaba todos los
días, a esa Natalia que publicó el podcast Bitácora de Aventuras sin tener idea de en qué se convertiría este proyecto.
Me he reído tanto.
He llorado tanto.
Le he enviado tantas porras a esa Natalia, por ser tan absurdamente valiente y vulnerable.
No me sirvió de inspiración como pensaba, me sirvió de Pausa (irónicamente, y “pun intended” jeje).
Me permití pausar, solo pausar y descansar durante las primeras semanas de enero, aprovechando las vacaciones familiares, las
visitas de amigos a la isla y el regreso a clases.
Tenía tanto material listo para ser publicado, tantos planes, y a la vez tanta anticipación a Pre18, el programa que comencé el pasado martes.