Por eso de aprovechar el día

He tratado de empezar a escribirte como 10 veces, y cada vez me he distraído y he vuelto a empezar. 

Hace dos días se me llenó un envase de azúcar de hormigas, y decidí renunciar a tratar de sacarlas. Lo puse en la puerta del balcón, porque nuestras mascotas libres se pasean por toda la casa buscando esos tesoros, y sabía lo felices que serían teniéndolo tan accesible. 

Tesoros… que sencillo es encontrar tesoros cuando le has asignado valor a lo cotidiano, a lo aparentemente ordinario.

Aún sabiendo que iban a venir, se me ha hecho difícil hacer otra cosa que no sea ver esos pajaritos ir y venir a picar el azúcar, dar brinquitos felices, y volar otra vez. 

Magia de vida diaria…

Historias extraordinarias vividas en días completamente ordinarios... 

Hoy ha sido un perfecto ejemplo de eso... 

De esa misión que me mueve, que me trae a ti. 

De eso que quiero para ti. 

Pausa educativa

Si quieres saber más sobre cómo reducir la fatiga mental, te recomiendo esta entrada del blog.  

Pausa de hipnosis

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Pausa activa

Llevo unos días retando mis propias ideas preconcebidas. 

Una de ellas es la sensación de que “es tarde en el día para…”

Me encanta salir a bosques y playas, y a museos y bibliotecas, pero también me encantan mis rutinas y estar en mi casita. 

A veces disfruto tanto las tareas del hogar, y simplemente estar en el hogar, que me dan las 3 de la tarde y ahí recuerdo que tenía la intención de salir. 

Una parte de mí aprendió desde chiquita que a esa hora ya no era hora de irse a explorar, que había que “aprovechar el día”, AKA salir al amanecer si de explorar se trataba, o dejarlo para otro día (que normalmente no llega).

Esta semana decidí salir a explorar 3 días corridos, y siempre después de esa hora. 

Pasé 30 minutos en la biblioteca, ¡pero qué 30 minutos! 

Tomé una nueva vereda en uno de mis bosques favoritos, y qué lindo fue que me agarrara un rayo de sol en la cara de tan bajito en el cielo que estaba ya al salir. 

Disfruté del mar, puesta de sol incluída. 

Sentí que mis días se estiraron, aunque en realidad no pasó tal cosa, el reloj construido por los humanos sigue su curso sin cambiar. 

Sentí que mis días se estiraron, porque conecté con el reloj que nos conecta a todos, que es el reloj de la Tierra misma, que unas veces hace que los días sean más largos, y otras hace que sean mas cortos, y que está en constante cambio, como nosotros mismos. 

Te invito a tomarte una pausa, hacer eso que te gusta, y jugar a estirar el día, a jugar con ese reloj que nos conecta a todos. No se trata de cuánto tiempo le dediques, sino de cuanto te dediques, así sean 5 minutos.  

Pausa para conectar

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Pendiente a tu inbox, que te estaré enviando todos los detalles para que sigamos conectad@s. 

Gracias por estar al otro lado, nos vemos la próxima.