Yo también corría como una loca
Esta semana me senté a ver la ristra de memes que envían en algunos chats que abro una vez al año.
Había tantos memes… memes que me remontaron a sensaciones que hace
años no vivo, y fuera de darme risa, me dieron tristeza.
Yo también corría como una loca tratando de ponerme todos los sombreros que pensaba que tenía que llevar puestos…
Algo cambió
en mí seriamente cuando conocí a mis niños.
De repente, había tantas cosas de mi vida diaria que simplemente no me resultaba viable que ellos aprendieran o repitieran…
Correr a
la escuela…
Correr en las mañanas…
Correr a las citas…
Estudiar hasta tarde…
Soñar con usar los juguetes…
Pasar el día en tapones…
Preparar una fiesta con estrés…
Trabajar 16 horas al día…
Todo me resultó tan obvio al
conocerlos. Me quité muchos sombreros, y pude comprobar que no me hacían falta. Cambiamos toda nuestra dinámica de horarios y compromisos, y al día de hoy el concepto de una alarma les resulta ajeno a mis niños.
Los niños tienen esa capacidad de hacernos desear lo mejor para ellos, por instinto.
Por eso decidí ver mi mente subconsciente como una niña. Una niña cuya formación está a mi cargo, y mi responsabilidad más grande es expandir sus posibilidades a través de mis palabras y acciones.