La vida es movimiento.
El agua si no se mueve, se estanca y apesta.
Así mismo nos pasa a nosotros.
Cuando no estamos aprendiendo algo nuevo, cuando no nos atrevemos a tomar riesgos, nos estancamos, y le hacemos honor a la frase “la vida apesta”.
¿Así deseas vivir?
No lo creo, no estarías aquí si eso fuera lo que deseas para ti.
Muchas veces nos permitimos caer en el estancamiento porque nos paraliza el miedo a
fallar.
Te invito a visualizarte ahora cuando eras un bebé de un año más o menos…
Estabas dando tus primeros pasos.
Estabas emocionad@, estabas feliz…
Estabas reventádote cada 2 segundos en el intento de pararte y dar tus primeros pasos…
Es exactamente lo mismo que te ocurre ahora a la hora de alcanzar una nueva transformación. Te vas a equivocar, te vas a reventar en el piso, probablemente otros se burlen de ti.
¿Y qué pasa si se burlan o no entienden tu proceso?
Te invito a reírte una vez más, y a entender que estás a salvo, sin importar lo que otros piensen de ti.
En realidad, lo que otros piensen de ti ni siquiera importa, el problema es que tú te has creído la imagen que otros han creado de ti, la imagen que has creado para
otros.
No eres nada de eso.
Eres tantas cosas, que todo cuanto eres no cabría en la pequeña imagen de ti que has construido.
Acciona, sabiendo que en realidad, puedes cambiar de opinión cuantas veces quieras, y que no pasa nada si te equivocas.