El tema de marzo es: “¿Cómo te relacionas con tu contexto?”, y para discutir este tema, escogí el libro: The Biology of Belief, de Bruce Lipton.
Con la información que te compartí ayer, algo en ti debe haberse comenzado a mover, y hoy te invito a preguntarte otra vez: ¿alguna vez te has preguntado en qué punto comenzó alguna creencia que tienes?
Nuestras creencias definen cómo experimentamos lo que experimentamos.
Te lo explico mejor con esta historia:
Cuando estaba en 5to grado, llamaron a mi mamá de la escuela para llevarme al hospital. Me había dado un ataque de asma en medio de la clase de ciencias. No fue casualidad, me dio justo después de que pasaron los resultados de un examen, y mi nota había sido 89%. Sí, recuerdo el numero y todo. La maestra abrió los ojos y me dijo: ¡pero niña, es solo un examen, es solo una
B!
Recuerdo esas últimas 4 palabras retumbando dentro de
la Natalia de 1997, “me estuvo tan malo”, que me asfixié más todavía, pero no le dije nada. A los 11 años no tenía la madurez ni el entendimiento que tengo ahora para ponerlo en palabras, pero hoy entiendo perfectamente lo que pasó, después de hacer mucho trabajo interno (que te recomiendo grandemente hacer).
En ese momento de mi vida, toda mi seguridad radicaba en mi inteligencia, y cualquier puntuación menor a 96% en un examen me molestaba, pues sentía que no reflejaba “todo cuanto era”. A eso súmale que mi mamá era bien estricta, y yo siempre me
encargué de hacer todo como ella lo quería con tal de “no coger regaños”.
A esa edad, dos creencias principales regían mi reacción ante ese y otros conflictos:
- “Mi seguridad proviene de “probar” mi inteligencia”
- “Necesito tener las menos posibles “infracciones” a las expectativas de mi
mamá”
Según la yo de 1997, “fallar” en esos dos
temas, era peligroso (a nivel inconsciente).
¿Y qué hizo
mi cuerpo ante ese “peligro”? Respondió. En efecto, antes de tener que irme al hospital ya se me había ido el asma, porque ya me había calmado. En esa ocasión, el ataque de asma fue puramente emocional.
Nuestras creencias rigen la manera en la que experimentamos nuestro contexto, y como hemos discutido durante todo este mes, tu contexto incluye (entre muchas otras cosas): tu escuela, tu hogar, tu familia, tu trabajo, tu pueblo, tu país, etc.
¿Y donde se formaron la mayor parte de nuestras creencias? En nuestra niñez, en el contexto de nuestra niñez, en nuestra crianza.
Y aquí viene lo que te contaba ayer que me resultó curioso. En la LGC se le asignan números a las letras según el orden del abecedario, según muestra esta imagen. [El desarrollo es super amplio, no me cabría
en este correo, pero si te interesa más información solo escríbeme].