Orita salí de bañarme, y mi corillo había clausurado todas las puertas para que el agua no se metiera. Cuando abrí la puerta del cuarto para entrar a cambiarme, vi una sombra que se movió super rápido de un lado a otro.
Me paralicé, y quizás te de gracia por qué me paralice.
Le tengo asco a las cucarachas, y de inmediato pensé que había una volando en el cuarto. Y sí, les huyo más a ellas que a cualquier cosa paranormal.
Me obligué a abrir la puerta y entrar, solo para darme cuenta de que era un pajarito asustado que se quedó atrapado en el cuarto. Estaba pasándole super cerca al abanico de techo, en
la misma desesperación de buscar la salida.
Entré y abrí un pedacito de la
puerta, y sentí una bala negra saliendo desesperada del cuarto.
No parece la gran
cosa esta historia, pero te cuento que esto lo vivimos una vez antes de hoy, y en mi temor no reaccioné a tiempo, y murió un pajarito al chocar con el abanico en su desesperación por salir.
Pocas veces he llorado tanto como ese día, y los nenes lo recuerdan aún cuando tenían solo 3 y 4 años.
Estoy orgullosa de haber vencido ese miedo, como tantos otros.
¿Y qué te puedo decir?
Ese cambio en mí no es casualidad, y no viene de la nada esa capacidad de enfrentar miedos. La hipnosis diaria ha sido clave en ese y tantos otros cambios en mí, y estoy aquí, porque es lo que deseo para ti.
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