¿Pides todo el tiempo? ¿Cómo pides?
A través de los últimos 15 años, he ido digitalizando todos mis recuerdos, pero hay unos que mantengo físicos. Hay unos en específico que los mantengo porque me recuerdan una versión de mi que
es muy distinta a la “yo” de hoy en día. Me gusta saber y entender que tuve todo tipo de costumbres y “épocas”.
De niña se me enseñó que cuando quería algo, el momento para “pedirlo” era en la misa o rezando el rosario. Más adelante, en mi adolescencia, a través de las amigas de la escuela aprendí a “pedir” según lo que veíamos en las revistas que consiguían en las farmacias.
Hay una específicamente que ahora me mata de la risa, y quizás tú te acuerdas también: la revista Tú. [Acabo de parar para ir a buscarla en google a ver si encontraba una foto para mostrarte, y aparentemente, no solo existe todavía, ahora es digital. Si quieres revivir el 2000, adelante.
Jeje]
Anyway, yo “me vivía” más de la cuenta todo lo que tenía que ver con deseos. Creo que por
una mezcla de lo acomplejada que era, el no entender la mitad de lo que sucedía (que me hacía limitarme a imitar a otros a mi alrededor), y el hecho de que vivía en un eterno descontento con mi vida en casa de mis padres. Desde que era muy niña, quería vivir sola, a mi manera. No era una rebeldía tradicional por así decirlo, yo simplemente amaba mi soledad, y ahí no
había espacio para la soledad.
Como no me gustaba nada de mi vida, me pasaba escribiendo todos mis deseos. Siempre me recuerdo a mí misma pidiendo indefensamente, casi rogando, y casi sin acción que acompaña esos pedidos. Había mucho que no podía hacer viviendo ahí, así que solo podía limitarme a pedir.
En esa revista, me tropecé con varios “trucos para pedir deseos”. Recuerdo que uno era hacer una lista de deseos, enrollarlo y cerrarlo con una cinta blanca. Ese era mi favorito. Recuerdo
sentir que mientras esa cinta blanca estuviese ahí, lo había hecho bien, y tendría mis deseos.
De más está decir que la mayor parte de esos “deseos” no se cumplieron, y la verdad es que estoy feliz de que no “se cumplieron”.
¿Por qué no se cumplieron?
Porque no hubo ninguna acción coherente de mi parte para que se cumplieran. Pedir algo y sentarse a esperar nunca te traerá los resultados que buscas.
¿Por qué me alegra que no se cumplieran?
Porque la vida me ha traído aventuras diez mil veces más divertidas que las que soñaba en esos papelitos enrollados. La mayor parte de lo que he vivido, no lo hubiera podido imaginar en ese momento.
Todo lo que pidas, estará siempre condicionado a lo que tu imaginación aguante en este momento. La vida tiene mucho, mucho más para ofrecernos que eso
que vemos en otros a nuestro alrededor (que es lo que mayormente pedimos, no me digas que no, sé lo tuyo jeje). Cuando desees algo, asegúrate de dejar la puerta abierta a las posibilidades que no caben en tu imaginación, y no trates de controlar cómo luce esa meta cumplida.
Cuando realmente desees algo, pon la acción a la par con el deseo. Puede que tu meta sea dormir más y mejor. Pon la acción a ese deseo, y no permitas que se quede en la fantasía.
¿Cómo luce la fantasía?
“Quiero dormir como un bebé sin cambiar ninguno de los hábitos que tengo, que no me permiten dormir mejor”.
¿Cómo luce poner la acción en el deseo?
Usas herramientas para condicionar tu mente, y llegar a la raíz de lo que no te permite dormir, y una vez sabes de dónde viene, establece nuevos hábitos que acompañen tu transformación.
La hipnosis es una excelente herramienta para ir condicionando tu mente para conseguir el descanso que deseas y necesitas, y ya sabes, estoy a tu disposición, si
estás list@ para trabajar en ti con esta herramienta.
¿Ya empezaste el reto 21 días de
autohipnosis? La próxima grabación que subiré será para trabajar con el insomnio. Aquí tienes todo lo que necesitas para que puedas
empezar hoy mismo a utilizar esta herramienta para cada meta que tengas.