Llevo unos meses observando a mis hijastros haciendo algo que al principio me “sacaba por el techo” como decimos en Puerto Rico, y que ya he llegado al punto de provocarlos para que lo hagan. Jeje
Ponemos la película de cerrar el día juntos, y la nena busca libros de pintar, papel de trazar, libretas y pinturas. El otro agarra las plasticinas o una tableta que le tenemos para dibujar.
No importa lo que están haciendo, quieren estar
creando.
Sienten que no pueden ver
la película si no están creando algo...
Cuando salimos a pasear, les preocupa poder regresar a tiempo para crear algo antes de dormir…
Orita estabamos recogiendo los juguetes para cerrar el día, y mi hijastra se quejó de que no había jugado suficiente, porque estuvo todo el día jugando legos y haciendo unas pinturas y “el sol se fue antes de poder terminar todo”...
Me mató de la risa, ternura, y a la vez de celos…
A veces siento celos por esa capacidad que tienen de hacer y crear lo que les da la gana; cuando en la adultez
nos da tanto trabajo hasta sentarnos a descansar. Ahora mismo acabo de coger una hora de descanso, y terminé escribiendo esto…
Y aquí va lo que quiero compartirte.
Solía ver mi trabajo y escribir como algo aparte de la creación.
Ya no lo veo así.
Cualquier cosa que hagas que no exista ya, es creatividad. Y no lo había podido ver así hasta que experimenté su desesperación por crear.
Algo que no había podido ver, aunque una parte de mí lo sabía, es que mi creatividad a la hora de dibujar o pintar se ve bloqueada por mis expectativas de lo que es o no es una buena pieza de arte (tú sabes, una mezcla de mi
formación como arquitecta mezclada con los artistas que veo en las redes).
Me he encontrado en las últimas semanas escribiendo porque sí, quede como quede, haciendo dibujitos, y hasta usando pinturas. ¿Y sabes qué? No se cayó el mundo porque no quedaron perfectos, y a la misma vez me ayudaron a soltarme, y a disfrutar un ratito con mis hijastros.
Btw, ahora mismo estoy leyendo el libro Big Magic como parte de un Book Club, y trata exactamente sobre eso de crear por crear. Por ahí te lo dejo, para que cojas ideas para cerrar el año creando por la simple
satisfacción de crear.
Me voy despidiendo
por hoy, feliz de coincidir en este espacio contigo, y esperando que en adelante te desespere crear tanto como a mis hijastros.
Y te pregunto… ¿cuándo fue la última vez que hiciste algo porque sí? ¡Hazlo hoy mismo y cuéntame cómo te va!
PD #1: La agenda de diciembre ya se llenó para nuevos clientes, y la de enero va por el mismo camino, gracias a tu confianza en mí.