El otro día vimos unos muñequitos y había una parejita recién formada, y a modo de chiste estaban haciendo todas esas cosas clichosas que hacemos cuando comenzamos una
relación.
En un momento se despidieron y uno de ellos gritó: ¡Ya te extraño!
Por alguna razón, a mi hijastro le dio una pavera que le ha durado semanas y cada vez que se despide de mí (así sea para dormir) me lo grita muerto de la
risa.
Ahora te lo grito yo a ti, ¡extrañaba pasar por aca! jeje
Parece un cuento no relacionado, pero tengo un punto lo prometo.
¿Recuerdas que lance el reto el 1 de julio? By the way, si no te has anotado… ¿qué esperas?
Como parte de ese reto, escogí el tema de la abundancia, y como te comentaba en aquí, hay muchas maneras de trabajarla. Para esa grabación que compartí en esta ocasión, la trabajamos desde la perspectiva de los recursos que ya tienes, y cómo los utilizas para conseguir más recursos.
Hay todo tipo de recursos, no sólo monetarios, y ese es nuestro principal “bloqueo” a la hora de vivir abundantemente. El dinero es solo uno de miles de recursos, como el tiempo, la salud, las relaciones, el
conocimiento, y por ahí sigue la lista. Si quieres conseguir ese recurso específico, debes trabajar tu manera de ver todos los demás recursos que tienes a tu disposición.
Cuando comienzas a trabajar en tu inconsciente, cosas inesperadas comienzan a suceder a nivel consciente... De repente, me vi a mí misma grabando videos cortos para compartirte información, y hasta abriendo una
cuenta en una red social adicional.
¿No te parece la gran cosa ?
Eso pensé… la mitad de los cambios que experimentes cuando trabajas en ti no le parecerán la gran cosa a nadie más que a ti. ¿Por qué? Porque nadie te conoce tanto como te conoces tú mism@, y nadie puede observar
los cambios sutiles tan bien como tú .
¿Por qué ese “cambio” en mi fue tan importante?
Utilicé dos recursos para conseguir mayor abundancia, de una manera en la que no lo había hecho antes: tiempo y conocimiento.
En menos de 3 días, esto empezó a suceder cada hora: