¿Cómo está tu existencia?
Sí, estoy invitándote a arrancar el día con una pregunta así de existencial… pero tranquil@, que los temas existenciales no tienen que ser drenantes para nosotros…
Al final del día, vinimos a esta vida a existir, ¿no?
Vivimos en una sociedad en la que se priorizan las metas o “eso que queremos hacer” sobre lo que “estamos haciendo ahora”. Podríamos irnos en un viaje para visitar algunas teorías conspirativas
sobre eso de la sociedad, y perder nuestro tiempo juntos en eso, pero para eso hay muchos otros espacios.
No te centres en el por qué vinimos a una sociedad con esas cualidades, céntrate en la pregunta original…
¿Cómo está tu existencia?
¿Piensas en tu existencia a diario? ¿Muchas veces al día? ¿O estás tan en piloto automático que se te olvida pensar en ella?
A todos nos pasa , yo me agarro más pendiente a lo que quiero lograr que a lo que estoy haciendo de vez en cuando, pero teniendo la dicha de tener dos niños cerca, regreso por inercia con cada instante de juego con ellos.
Y ahora te pregunto: ¿cómo definirías una existencia placentera? ¿La tienes?
Al cerrar el mes pasado, estaba haciendo tareas más formales del negocio, y viendo esas metas ejecutadas y las no ejecutadas, comparando, creando estrategias, y… tú sabes, cosas de adultos
grandes y serios. De repente me di cuenta de que muchas de las metas no habían sido alcanzadas, aunque sí ejecutadas como lo había planificado. Luego de darle la vuelta un rato para crear nuevas estrategias, de repente me vi a mí misma dándome un “castigo” verbal por “no lograr lo propuesto”.
Y por ahí vino Augusto a susurrarme, en el momento justo como siempre.
[Si eres nuevo por aquí, Augusto es el nombre que le puse a todos esos guías que nos acompañan todo el tiempo, a los que por muchos años les llamé los duendes].
Augusto me dijo: Sí, sí, sí, los planes pero, ¿ya viste la clase de existencia que llevas? Solo pude sonreír y decirle: ¡qué clase de
existencia la que tenemos!
Poniendo un dedito en mi frente, me salpicó un par de memorias de
apenas esta semana:
- El covid nos regaló días juntos extra, así que nos levantamos y
jugamos los 4 en la cama al menos 15 minutos como salvajes antes de arrancar el día.
- Después de eso, nos comemos nuestros desayunos favoritos, porque tenemos
la dicha de escoger 4 panes y acompañantes diferentes según nuestros gustos.
- Mientras, hacemos las clases al ritmo que nos da la gana, contestando cada
curiosidad sin prisa, y yéndonos por la tangente a estudiar sobre cohetes si ahí nos llevaron las preguntas.
- Después de eso, papá y yo trabajamos mientras los
niños juegan a lo que les da la gana con todos sus juguetes a la vez y un reguero que no se puede sino quedarse cada uno en su área para no caerse y dejar que los nenes disfruten.
- Y terminamos con la cena mientras vemos una película o serie juntos antes de dormir.
¡Qué clase de existencia la que tenemos!
¡Y qué clase de existencia de seguro tienes tú, si haces en este momento el ejercicio de salpicar un par de memorias sobre tu vida diaria!
¿Es perfecta mi vida diaria? No.
¿Es todo lo que deseo ya? Sí, y no.
Visualizo todo esto y más, en una casita en el campo. Me visualizo caminando por las veredas de nuestra finca, que aún no están listas. Me visualizo a mí misma ayudando a través de mi trabajo a miles más de los que ayudo ahora.
¿Necesito esperar a alcanzar esas metas para gozar mi existencia hoy mismo?
NO.
Y tú tampoco.
Ahora te hago una doble pregunta: ¿cómo está tu existencia? ¿cómo puedes mejorar tu existencia hoy mismo?
Cuéntamelo todo.