Hace dos días publiqué un episodio en el podcast sobre todas las ofertas que me han llegado desde que decidí no volver a tener un “empleo seguro” y emprender por mi cuenta. Allá te cuento más en detalle por qué da gracia lo próximo que voy a contarte, así que dale una pausa a la lectura, escúchalo, y
vuelve acá.
Ayer me escribieron, de la manera más random posible, de un lugar muy bien posicionado en su campo, para ofrecerme un trabajo como Project Manager de Sistemas Operativos de
Restaurantes.
Lo más contradictorio de todo, es que con la evaluación que hice de sus servicios y ofertas en mi antiguo trabajo, esa empresa perdió 2 cuentas de restaurantes, y como quiera me cazaron y me dijeron: “eres la
indicada para este puesto”.
Y cuando te digo que me cazaron, lo digo en sentido literal. Me escribieron para “darme una queja” del restaurante en el que trabajaba preguntándome: “sigues con ellos?” Tan pronto les dije que no, pero que me
contara, que podía pasar el mensaje porque quedé con buena relación, me dijo: “pues te cuento ya mismo, y mira ya que estamos en esto, estamos buscando para tal posición y eres la persona perfecta”. Nunca me dieron “la queja” para la que me escribieron originalmente. jeje
Parece una bendición, pero yo sé lo que está pasando, y más en el día en el que me llegó la oferta: un día después de hablarte sobre ese mismo tema de “la seguridad” y cómo se ha vivido en mi historia
familiar.
¿Lo más gracioso? Esa era mi tarea favorita del restaurante. El trabajo es perfecto para mí, como si lo hubiera mandado a hacer, y yo ni siquiera sabía que existía esa posición.
[Esto también le paso a una clienta en sesión hace poco, dato que solo aportó al hecho de que llega la oportunidad perfecta, en el momento en el que ya no la deseo].
Esa oferta es una tentación, una prueba a la decisión de estar aquí frente a ti para servirte, que fue lo que escogí hacer hace más de un año.
¿Lo mejor de todo? Pude verlo de inmediato, y no me tembló la mano mientras les escribí que agradecía la oferta, y que si en algún momento me interesaba, les dejaría
saber.
Crezca al ritmo que crezca, si estás empezando un negocio que sabes que es lo que quieres hacer, tírate de casco, porque cuando pones tus dones al servicio, todo se
multiplica.
Unos minutos después de eso, se anotaron dos personas al reto de hipnosis de 21 días, y me reservaron una sesión. Eso también es un mensaje: “sigue, que por ahí es que
es”.
Me despido por hoy, deseando que estés siguiendo la ruta que escogiste, y no las trampas que llegarán a causa de tus miedos; y que te les pares de frente firme con un: “con miedo o sin miedo,
voy”.