El lunes te hablaba de jugar, y justo después de enviarte ese correo fui al mecánico, y cuando veníamos de regreso vimos un carrito de mantecados. 

 

Me paré como una loca en el primer rincón que encontré vacío en la avenida, y me bajé a hacerle señas cuando estaba por pasar junto a nosotros. Siempre soñaba con pararlo y por alguna razón, nunca lo había hecho. Quizás porque no lo pude hacer de niña, cuando no tenía control de mis circunstancias, y a veces al crecer pensamos que “si no lo hice entonces, ¿ya para qué?”. 

 

Pedí uno de chocolate para mi hijastra y para mí uno de vainilla que no parecía vainilla de tantos sprinkles de colores que tenía, y me fui de vuelta al carro doblemente feliz: cumplir un sueño y comer helado. 

 

Cuando me monté en el carro mi hijastra estaba muerta de la risa y me dice: “te vi bailando en la ventana del carrito… yo también estoy bien feliz”. (Si me has conocido en persona ya sabes cual es el baile porque se me escapa a cada rato jeje).  

 

Ahora te pregunto… ¿Qué sueño no cumpliste en otro punto de tu vida que sí puedes cumplir por ti hoy mismo? ¿Qué te detiene?

 

Un dulce que te encantaba… 

 

Una parada semanal a la playa… 

 

Una visita al parque… 

 

Ir al cine… 

 

Un viaje…

 

Puedes darte a ti mism@ todo lo que siempre has deseado, no necesitas esperar por nadie . 

 

Esa práctica constante, de “concederme mis propios deseos” me ha traído mil bendiciones, y me ha ayudado a ver la experiencia con mayor perspectiva, ayudándome a entender que el cumplir o no con todo lo que sueño depende totalmente de mí, y no de otros. 

 

Me ha ayudado a recuperar mi poder, y a dejar de culpar al otro porque “no me trató como debía, o no me dio lo que debía darme”. 

 

Nadie le debe nada a nadie, y sí, sé que esto último es difícil de escuchar y procesar, pero para eso estamos en este espacio. 

 

Es tu responsabilidad ir tras lo que deseas, y si estás en un lugar o en una situación en la que no puedes tener lo que deseas, tienes que moverte . 

 

TÚ, tienes que moverte… no pedirle a alguien más que cambie X o Y cosa para que “finalmente puedas estar en paz o tener lo que deseas”. 

 

Me despido por hoy, feliz de conectar contigo una vez más, y emocionada de escuchar qué sueño vas a cumplir hoy mismo. 

 

PD #1: Hoy hago con mi hijastra los “tea parties” con los que la niña vestida de princesa en mi soñaba.