Voy a compartir más información contigo de la que probablemente me recomendarían compartir, pero como aquí hacemos lo que nos da la gana, lo voy a hacer como
quiera.
Esta foto la tomamos hace unos días en una actividad de bomba de mis hijastros.
A simple vista no parece la gran cosa.
Sabes que no me gusta decir ni recomendar nada que yo no haga ya. Así que hace un año, como te contaba en este live hace unas semanas, me propuse poner de mi parte de todas las maneras posibles, para poner en marcha una secuencia de eventos que hace unos años solo soñaba, y que ya vi materializarse frente a mí.
Como muchas parejas, mi novio y la mamá de sus niños tuvieron diferencias y decidieron no continuar juntos. Por cualidades de ambas partes que agravaban la comunicación, en cierto punto prácticamente no podían ni
hablar, y eso impactó a tal punto que por periodos de meses o él no veía a los niños, o ella no los veía.
Nadie sabe lo que vive cada pareja en detalle más que los que lo viven, así que yo no estaba en posición de opinar, fuera de decirle a ambos que la presencia de los dos es igual de necesaria, sin importar si se
llevan bien o mal.
Al estar afuera, y tener la habilidad natural de resolver conflictos, decidí tomar el lugar de mediadora, y encargarme de toda la comunicación con respecto a los nenes hace un poco más de un
año.
¿Qué conseguimos con eso?
Las peleas se redujeron, y la comunicación llegaba clara: esta semana hay tal cita médica, tales días aquí, tales días allí, tal día hay tal actividad, y así, todo sencillo, al grano, y en cierta manera, sin
emoción.
Comunicación “sin emoción” es lo principal que quiero que te lleves de esta historia.
¿Has pensado en cómo serían tus relaciones, conversaciones o análisis si sacaras del medio todas tus emociones ?
¿Si sacaras todas tus opiniones?
¿Si sacaras todos tus juicios?
Se verían algo como esta foto.
¿Lograr ese tipo de comunicación quiere decir que no tienes emociones, opiniones o juicios? ¡Claro que no!
Aquí todos estamos en el proceso de desligarnos de todo eso, si lo hubiéramos logrado ya no existiría ni un solo conflicto en el mundo.
¿Es imposible? ¡Claro que no!
Pero no se logra en un día ni en dos. Requiere consistencia, paciencia y compromiso, y con esta foto te doy fe de que es posible.
¿Quiere decir que no nos falta camino por andar? ¡Claro que no !
Pero al menos por ahora podemos celebrar que vamos en combete agrandado a las presentaciones de bomba, y para mis hijastros, ha sido pura magia que no vieron venir ni en sueños.