Drama total podría haber sido… si lo hubiese permitido.
Como no te recomiendo nada que yo no hago ya, me pregunté: ¿Qué me está tratando de decir a mí esa reacción de mi familiar?
Y la respuesta llegó como una bala: Yo juzgo su manera de criar, tanto como fui juzgada en ese momento.
Exactamente de la misma manera en la que “los míos estaban distrayendo a los suyos”, yo en ocasiones he sentido que esa diferencia al criar (que es el uso de tabletas) “distrae (y hasta daña) a los
míos”.
Y ahí lo lleve un pasito más allá…
Si les distrae ese uso de tabletas y tecnología, es porque ellos las disfrutan, y si les gusta… ¿por qué no integrarlas
más?
Al otro día, comenzamos a hacer la clase de matemáticas con una aplicación, y no como llevábamos todo el año haciéndola, que era a mano. ¿Y adivina que? Hicieron el trabajo de una semana en
una hora.
Pero no lo dejé ahí, porque cada discusión puede valer oro, si te lo permites.
Una vez más me pregunté: ¿Qué más me estaba tratando de decir a mi esa reacción de mi familiar?
Que me guardo demasiado las cosas y no reacciono ante las situaciones. Ambos estamos en exceso, uno con reacciones agresivas y gritando, y yo con mi falta total de reacción.
¿Qué hice para balancearlo? En lugar de recoger para irme como hubiera hecho antes, me quedé y le dije lo que pensaba sobre la situación. Llegamos a un acuerdo en menos de un minuto, y seguimos como si nada el resto de la noche.
Y tú, ¿estás list@ para sustituir el drama en tu vida por esa maravillosa pregunta? Te espero en sesión, para comenzar ese camino junt@s.
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Nos vemos pronto