El día que fui a Teotihuacan recibí más fotos de mí misma que de casi todos los viajes que he hecho juntos.
Me divirtió mucho ver cómo quedó documentado cada lado de cómo experimento una expedición. No todo es risas, hay mucho dolor envuelto en cada aventura.
En el 2011 me caí bajando por una escalera y volé por encima de una maleta hasta golpear el piso con mi rodilla izquierda. Un año después pasó lo mismo pero subiendo la misma escalera. Historia larga corta, no tengo una parte del menisco, entre otras cosas que nunca entendí bien, y las escaleras y los tramos largos me dejan con la rodilla hinchada.
¿Y qué te puedo decir?... Obviamente, vivo enamorada de escalar pirámides, porque así somos, nos atrae eso que nos hace salirnos del confort para poder tenerlo (o quedarnos en el confort sin eso que nos atrae).
Por un tiempo me alejé de esa pasión de cazar pirámides, y en el 2014 decidí retomarlo, porque sí.
Como casi siempre me voy sola, no tenía ninguna documentación de mi dolor de rodilla, pero ese día andaba con una hermosa familia.
Hoy quiero compartir estas fotos tan hermosas, tan reales, de mí sobando mi rodilla en el tope de la pirámide de la luna, después de subir y bajar la del sol. Esa primera foto parece documentar una meditación profunda, pero no, estoy sobándome la rodilla para poder bajarme de la pirámide.
Eso , quería regalarte unos segundos de 100% honestidad en tu inbox hoy 😅
Me despido por hoy, esperando saber más de esa parte real de ti, y que todo lo que te comparto te ayude tanto como me ha ayudado a mí. Como siempre te pido, si conoces a alguien a quien esto que comparto le puede ayudar. ¡Mándalo pa'cá!
PD: Si, en notas honestas, hoy fue miércoles de live pero no hice el live, pero de eso te cuento más mañana.
¡Te espero mañana jueves a las 12 PM en YouTube!